El pasado 14 de septiembre, un grupo de colegiados y colegiadas del Colegio Oficial de Ingenieros de Baleares (COEIB) tuvo la oportunidad de visitar las bodegas de Ca'n Axartell, situadas en el noreste de Mallorca, cerca de Pollença. La visita, que dio comienzo a las 10:00 horas, consistió en un recorrido de aproximadamente 120 minutos por las instalaciones de la bodega, concluyendo con una exquisita cata de vinos.

Durante la visita, los asistentes pudieron conocer de primera mano la aplicación de nuevas tecnologías en el mundo del vino, un sector donde la innovación y la tradición se encuentran para dar lugar a productos de gran calidad. En Ca'n Axartell, se mostraron los tanques de fermentación digitalizados, que permiten un control preciso de los procesos, así como el sistema de organización de tareas, que también se beneficia de la digitalización. Además, los visitantes pudieron observar algunas de las barricas de envejecimiento, donde se cuida cada detalle para que el vino alcance su máxima expresión.

Ca'n Axartell no solo es una de las bodegas más modernas de la isla, sino que también cuenta con una rica historia que se remonta a más de 800 años. Los primeros registros de la finca datan de poco después de la reconquista de Mallorca en 1229. A pesar de que la viticultura no era común durante la ocupación árabe de la isla, los conquistadores cristianos encontraron ya algunos viñedos en la zona. Con el tiempo, la finca fue desarrollándose y sus vinos eran apreciados por los ilustres huéspedes del pueblo de Pollença en los siglos XVI y XVII.

Además de la producción de vino, Ca'n Axartell es conocida por sus 40 hectáreas de olivos, muchos de los cuales fueron plantados en la misma época de la fundación de la finca. Estos olivos son parte esencial de la historia de la bodega, ya que también se ha producido aceite de oliva de gran calidad a lo largo de los siglos.

Queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento a todo el equipo de Ca'n Axartell por la increíble acogida y hospitalidad durante la visita. Nos recibieron con los brazos abiertos y nos ofrecieron una experiencia única para conocer de cerca cómo las tecnologías más innovadoras pueden aplicarse a un sector tan arraigado en la tradición. La cata de vinos con la que finalizó la visita fue un verdadero deleite para los sentidos, cerrando la jornada de la mejor manera posible.